domingo, 20 de noviembre de 2011

PostHeaderIcon Mi nombre, mi camino

Al nacer, se nos otorga un regalo que es a la vez una misión para toda la vida: nuestro nombre.
A veces íbamos a venir con un nombre, y en el último momento nuestros padres deciden llamarnos de otra forma. La estela del nombre que íban a darnos en un principio, aveces flota durante toda nuestra vida por nuestro inconsciente, y si no la rescatamos moriremos con ella, sin saber qué otra enseñanza nos estaba dando, que otra vía de aprendizaje nos proponía para esta encarnación. Si la rescatamos, puede apoyar al nombre con el que finalmente hemos venido, completando o reforzando nuestra identidad.
Sea como sea, el nombre que nos dan nuestros padres (o en algunas sociedades y culturas, el chamán o sacerdote), es muy importante para nosotros. Contiene en sí mismo nuestra misión de vida, nuestro camino en este mundo. Quienes conocen el poder de los números saben que cada nombre trae un número y una vibración determinada.
Hay nombres muy difíciles, caminos llenos de obstáculos y situaciones indeseables. He conocido a muchas personas que han llevado sus nombres complicados a lo más alto, en el sentido de que han evolucionado y han desarrollado todas sus cualidades y después las han revertido al mundo, orgullosos de su nombre, al que no han cambiado ni una letra.

A veces, para poder dirigir nuestra vida hacia un camino determinado, podemos elegir cambiar nuestro nombre. Esto es, utilizar un diminituvo (que le quita el poder del nombre) o alguna variación. Podemos utlizarlo para que nuestros amigos nos llamen así, mientras que conservamos el original para procesos legales y administrativos. En algunos casos, hemos recibido el nombre de alguno de nuestros padres (o de los dos), o de alguno de nuestros abuelos. Esto nos da una responsabilidad añadida al recibir este "legado", de ahí los diminutivos o variaciones, que ayudan a hacer más ligera la "carga"...
A veces, algunas personas reciben un nombre al nacer, pero desde sus primeros años son llamadas con otro nombre bien distinto. Muchas de ellas llegan a cambiarlo por su nombre original, con el que no encuentran ninguna identificación. Puede significar que estas personas traían una energía antigua que han sido capaces de transformar en los primeros años de su vida.
Si el giroque le queremos dar a nuestra vida es radical, podemos cambiar nuestro nombre por completo. A veces, se nos "da" un nombre nuevo, esto puede ocurrir dentro de algún grupo espiritual guiado por una maestro o gurú, quien nos da este nuevo nombre, aunque esta situación ha sido buscada por nosotros, de una forma más o menos consciente.
Muchas personas deciden usar este nuevo nombre, y desconectar de esta manera de los recuerdos dolorosos que les provoca su antiguo nombre, el original. Con esto, la mayoría de veces, damos la espalda a nuestro aprendizaje más importante, a aquel que más sabiduría escondida trae, a una purificación profunda de viejas estructuras, habitualmente relacionadas con nuestro linaje materno o paterno. Así, iniciamos una nueva vida, alejada de quienes fuimos (o creemos que fuimos pero quien todavia somos), pudiendo escojer la vida más fácil, sin pasado, sin el recuerdo de las expericnias dolorosas de nuestra infancia.

El nombre que nos han dado nuestros padres define nuestra esencia y nos da la capacidad de poder en esta encarnación. Si decidimos transformarlo, o cambiarlo, deberíamos hacerlo preguntándonos a nosotros mismos las verdaderas razones de este cambio. Si lo hacemos como una huida o no... A veces, cuando recibimos un nombre de un maestro o de un chamán o de un grupo espiritual conectados con la Fuente, este nombre viene a apoyar y reforzar nuestra misión a partir del momento en el que lo recibimos. Y la mayoría de veces, este nombre es para nosotros y sólo para nosotros, para ser usado en ocasiones especiales como ritos de paso o ceremonias de iniciación, por tanto ha de ser protegido y cuidado.

Algunas personas, muy afortunadas, reciben su nombre real. Esto es, el nombre que tiene su alma entre encarnación y encarnación. es un nombre profundamente escondido, verdadero, protegido. Este nombre resuena profundamente en su interior, pero es con la ayuda de alguien muy especial, capaz de ver dentro de uno mismo, que el nombre es revelado, verbalmente o mágicamente, esto es, durante un sueño o una visión.

Así pues, al meditar sobre el nombre, me viene una poderosa sensación de que el nombre es crucial. En muchas culturas como la árabe o la hindú, el nombre va ligado a la naturaleza o a la esencia del ser humano, y se medita mucho antes de dar el nombre a un hijo, pues este va a ir ligado a su personalidad y a su presencia en este mundo.
Sea cual sea nuestro nombre, es el regalo que la creación nos trae a través de nuestros padres o quien nos lo haya dado. Una creación sagrada, innominada, más allá de toda descripción posible, a la que pertenecemos y de la que somos inseparables e imprescindibles.

"-¿Pero cómo puede peligrar el equilibrio del todo a causa de acto de un solo hombre, de la vida de un solo hombre? Seguramente no es posible, no sería permitido... -el chico se detuvo.
-¿Quién permite? ¿Quién prohíbe?
-No lo sé
-Yo tampoco"
De la serie de Terramar. Ursula K. Leguin


lunes, 14 de noviembre de 2011

PostHeaderIcon De regreso a mi cueva...

Hemos empezado la época más oscura del año. Y este año, con fuertes movimientos de Tierra, y con un volcán subterráneo muy cerquita de aquí, en El Hierro, está sacudiendo sin piedad nuestros cimientos, aprovechando este momento del año que nos pide recogimiento, regreso a la cueva a encontrarnos con nuestros miedos y nuestros dones, con nuestras serpientes y escorpiones, con nuestro ser interno, quien nos espera siempre, quien nos sueña sin descanso...
Los días son cada vez más cortos, y así será hasta el solsticio de invierno, aunque apenas nos daremos cuenta, porque estaremos en medio de las fiestas de Navidad, los regalos, el fin de año... celebrando el retorno de a luz, aunque no lo sepamos..
Yo soy muy plutoniana y cuando llega esta época lo que más me apetece es trazar un "plan" de regreso a mí misma a través del contacto  con la introspección y el recogimiento. Me encanta. Repasar cómo ha sido el año, y qué quiero que germine para la próxima primavera.
Cuando la mayoría se quejan del frío, de la lluvia, de las Navidades... algunos nos ocupamos del caldero, ese caldero en el que nuestros sueños toman forma y cobran vida, ese caldero en el que nuestros miedos se tranmutan en valor y decisión para sacar adelante nuestros proyectos, para manifestar una vez más los dones que sabemos que tenemos, pero que a veces olvidamos.
Esta es la época oscura, el momento en el que enciendo la luz de mi conciencia y regreso a mi cueva, enciendo un incienso y una vela, y recuerdo quien soy.


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"Ningún muro contra lo sagrado nos puede alejar de lo sagrado. Podrás encarcelar al hombre, pero no hay prisión que pueda encerrar su mente o su corazón. Su alma, su Espíritu, su mente, su corazón, se deslizarán entre los barrotes, porque todos nacieron con alas." Clarissa Pinkola Estés
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