sábado, 27 de diciembre de 2014
Escucha
22:44 | 
Publicado por
Noraya
"Si podemos aprender a escuchar, tal vez la vida nos dirá cómo necesita regenerarse. En las formas antiguas, el líder no era el que le decía a la gente qué hacer, el líder era el que escuchaba, observaba a los signos, y estaba atento al mundo interior.
Los Sufíes hablan del "oído del corazón." Esto es algo que se aprende en la relación con el maestro. Pasé 20 años sentado a los pies de mi maestro, escuchando. Se aprende a través de la escucha. Uno aprende a escuchar aquello que está entre las palabras. Se aprende a escuchar al corazón, al alma. A los sueños de la gente, a las señales en sus vidas. Y del mismo modo uno puede escuchar y observar las señales en el mundo que nos rodea.
La tierra nos está llamando, enviando señales de la extremidad de su desequilibrio a través de terremotos y tsunamis, inundaciones y tormentas, la sequía y el calor sin precedentes. Estos son los que Thich Nhat Hanh llama la "Campanas de la atención plena ("Bells of Mindfullness")", despertar nuestra conciencia a donde más se necesita en este momento en el tiempo."
~Llewellyn Vaughan-Lee
Los Sufíes hablan del "oído del corazón." Esto es algo que se aprende en la relación con el maestro. Pasé 20 años sentado a los pies de mi maestro, escuchando. Se aprende a través de la escucha. Uno aprende a escuchar aquello que está entre las palabras. Se aprende a escuchar al corazón, al alma. A los sueños de la gente, a las señales en sus vidas. Y del mismo modo uno puede escuchar y observar las señales en el mundo que nos rodea.
La tierra nos está llamando, enviando señales de la extremidad de su desequilibrio a través de terremotos y tsunamis, inundaciones y tormentas, la sequía y el calor sin precedentes. Estos son los que Thich Nhat Hanh llama la "Campanas de la atención plena ("Bells of Mindfullness")", despertar nuestra conciencia a donde más se necesita en este momento en el tiempo."
~Llewellyn Vaughan-Lee
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- Noraya
- "Ningún muro contra lo sagrado nos puede alejar de lo sagrado. Podrás encarcelar al hombre, pero no hay prisión que pueda encerrar su mente o su corazón. Su alma, su Espíritu, su mente, su corazón, se deslizarán entre los barrotes, porque todos nacieron con alas." Clarissa Pinkola Estés
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