Mujer Tigre

La mayoría de ceremonias religiosas se han desacralizado, en el sentido de que no sólo las personas que asisten a ellas, sino las personas que las ofician, no tienen su conciencia despierta a todo lo que está ocurriendo durante estas ceremonias.

Entiendo "sacerdote" o "sacerdotisa", como una persona capaz de "hacer sagrado" el momento, dentro de la circunstancia que sea.
Un maestro dijo en un seminario de Kabbalah que todos somos sacerdotes y sacerdotisas de Dios. Esto me trae esperanza y fe, y me alegra el corazón…ahora sólo tenemos que encontrar a Dios, jeje

Dejando a un lado las obsoletas e innecesarias castas sacerdotales, existen algunas personas que han recorrido parte de un camino de recorreremos todos, que se han comprometido profundamente con éste, y que han sentido y vivido experiencias del otro lado, de otros mundos o de otras realidades. Conocen el sabor de lo trascendente...

Estas personas (que no necesitan vestir de una forma determinada, que pueden aparentar ser gente corriente), consiguen que a su lado la vida cobre un sentido sagrado y extraordinario, y que seamos muy conscientes de que nada se ha dejado al azar.

Ellos conectan con los elementos (agua, fuego, tierra, aire), con la luna, y lo más importante, con su corazón y su conciencia, desde donde pueden abrir un canal directo de comunicación con lo divino (dioses, maestros, devas, Elohims, Allah, Hashem, Dios, Madre Divina...), según sea el tipo de ceremonia o rito que se celebre.
Digamos que han encontrado a Dios, y han tomado conciencia de la importancia de establecer puentes entre este mundo y “los otros” mundos, para salir de la conciencia de nuestro “pequeño yo” y entrar en comunión con la creación y con el creador (padre-madre-conciencia creadora).

Ellos han conocido el “asombro”; este puede venir de la experiencia de un amanecer, o de la observación del fluir de un río, o de oler una flor. Lo importante aquí es la conciencia que se ponga en esto. Y no caer en que “Dios” es “algo”. Y no creer que es “Él” o “Ella”, o que es personal nada más.

Cuando hemos vislumbrado algo de la maravilla de la creación, el asombro nos lleva a la certeza de que no pueden ser sino amor, sabiduría y poder inconmensurables en acción y en constante expansión lo que crea y sostiene el universo infinito.

A estas personas les han llamado sacerdotes, chamanes, druidas… ellos conocen las fuerzas que actúan en cada momento, o al menos puedenconectar con ellas y desde la sabiduría que les da esta experiencia, tender un puente entre los mundos para que lo divino pueda prender la llama del asombro en quienes participan en estos momentos.

Llevar a cabo un ritual o una ceremonia, no significa ser sacerdote, chamán o druida, si no se observan muy atentamente las fuerzas que se están moviendo y activando durante este acto sagrado.Algunas de las cosas que se observarán a la hora de hacer un ritual o ceremonia (pagano, cristiano, no importa) son:

-La creación del espacio sagrado, purificando el ambiente y limpiando este espacio, se pueden utilizar hierbas, sahumerios, u otras técnicas (mantras, oración…). En una ceremonia o ritual, al estar tendiendo un puente entre los mundos, siempre acuden seres del otro mundo, es pues importante que el espacio esté protegido y purificado.

-Que se haya comido por lo menos 1 hora antes, y nada abundante, sino más bien frugal. Esto facilita la elevación de nuestra energía, de otra manera nuestra energía está ocupada en el cuerpo físico, en la digestión, y es más fácil atraer seres más densos…

-Que no se hayan tomado alcohol o estupefacientes que nos alejan de nuestro ser y nos restan claridad.

-La fase de la luna que corresponda a ese día (por ejemplo, no se harán rituales de prosperidad con la luna en su fase menguante)

-Que la persona que lleve al cabo el ritual sea consciente del sentido Sagrado de lo que está haciendo, para que desde esta claridad sea capaz de contagiárselo a las demás participantes.

Recuperando el sentido sagrado de los rituales y de las ceremonias, recuperamos un pedazo de nuestra alma que en algún momento quedó perdida en manos de la casta sacerdotal, que a través de la jerarquización de la sociedad nos privó de servir como sacerdotes y sacerdotisas. Ahora podemos recuperar este poder, la Nueva Tierra necesita sacerdotes y sacerdotisas que tiendan puentes entre los mundos, y que abran el camino para vivir de nuevo en armonía con la Naturaleza, con las demás personas, y con otras dimensiones espirituales.